Dados.
Sombras en la cocina juegan a la comida, en la sala un par de dados, platican de la probabilidad, ¿de qué? No se, cerrare los ojos y los oídos estarán despiertos, sssshhhhh, escuchemos.
¿1 o 6? -porque no tendría que salir el 4-, no lo sé pequeña, -otra vez pequeña- ¿cuando me veras de 20 caras?, pero bueno, mira sabes el otro día soñé con él, era bello, tenía unos brazos largos y sus manos eran grandes y fuertes, pero le temblaban al tocarme, - dime, dime más- ¿y era guapo?, no lo sé no pude verlo a la cara, pero eso si le faltaban dos yo para estar estable, jajá, fue divertido verlo tirado por la embestida de guergar, nunca había pasado, era tan valiente aaaaaaaaahhhh.
-¿Y tú que has hecho?- Pues nada estoy triste sabes, el otro día escuche que aquel mago del que tanto te he platicado estaba melancólico porque una hermosa rosa negra lo había hechizado, sus ojos según él eran tan hermosos como las mismas gemas de mordor, -¿y?- pues nada, tenía que tomar una decisión, su corazón estaba vacío las habilidades de empatía habían fallado, estaba en medio de una sala en la cual tenía que tomar la decisión de seguir el calabozo o detenerse y retroceder, pero no sabía qué hacer, habló con la rosa negra pero ella no contestó, de pronto tomó de entre sus bolsillos mi cuerpo, sabes nunca sentí más confianza de alguien, sabía lo que tenía que hacer, volar, rodar, jugar con la suerte, brillar tan resplandeciente que el mismo universo tocara mi cuerpo y eligiera por él, pero algo paso tan increíble, que me puso tan triste, la rosa negra habló, tocó el corazón de mi dueño y ella decidió con miedo, las lagrimas en sus ojos detuvieron mi travesía, y me guardó en su bolsa, hubieses estado ahí necesitaba un abrazo, el destino fue acallado, por una oportunidad, pero sé que algo ese día se perdió, no sé que fue, pero su corazón no fue el mismo, - sabes a veces me pregunto porque en el vaivén de la vida de los mortales siempre recurren a uno, ha de ser bien difícil tomar decisiones.
-Que hubiese pasado si yo hubiera decidido por él- te imaginas, el tiempo pasar, los pequeños fragmentos de vida recorrer y saber que no está solo. Es triste saber que tu dueño, se sienta solo., Un día después de estar en la taberna, tomó mi cuerpo y pidió un deseo, después lloró, porque ese fragmento de corazón roído volvió a latir, jajá, fue curioso no se que pidió pero seguro alguien con quien compartir cosas, platicar, sentirse amado y amar, se que nunca me vera como su compañero de la vida, pero he sido tan fiel con él, ojalá se diese cuenta, sabes a mí también me faltan dedos con quien compartir seises o unos que importa, solo estar presente, sentirme parte de alguna gran historia, pobre dueño de mí, no es tan difícil, no sé donde escuche eso pero seguro es verdad, cuando no estás a gusto con tu personaje haces otro, que diría el destino si tan solo le cerrara la puerta en la cara, una vez en toda su vida, ¿que podría pasar?, lo ayudaría pero ¿Cómo? Solo el abrazo de una guerrera, el beso de algún druida, o tal vez el sutil poema de algún bardo mentiroso, lo podría sacar de aquel abismo.
Un día me dijo un secreto sabes, aquello no era lo que él había pedido o tal vez fue de más, él no cree en el tiempo, pero hoy le diría que necesita un segundo consigo mismo, que dejara los dados y al destino afuera de la puerta, volteara a ver a aquella mujer y la desnudara, le quitase el arco, las flechas, las ropas, las mascaras que es lo más difícil de quitar, observara el rostro que tantos secretos esconde, viera las heridas, tocara las yagas y por un segundo solo un segundo, decida el camino que hay que recorrer, yo creo que del suyo se está alejando, estoy seguro, lo veo por las noches, sin dormir y entristece mis números, el uno parece dos porque mis lagrimas brotan al verlo tan confundido, pero lo que es peor, por no tomar la iniciativa el tiempo pasa y los orcos podrían llegar lastimando a esa personita que está a su lado, el platica mucho de ella, pero no creo que sea lo que él cree, a lo mejor está enamorado y sus ojos hechizados, no lo dejan ver con claridad la verdadera cara de aquella mujer, seguro es una chica especial sino no hubiese sido entregada por el destino y mira que yo sé de eso, quien diría que él me encontró en la mesa de juegos y se enamoro de mi. Quien quisiera ser humana, para tenerlo en sus brazos, pero también no es justo hablar de la chica, no la conocemos, espero que él si la conozca, sería triste una farsa más, pero así es la vida, quien diría que un par de dados estuviese platicando de estas cosas de humanos, -jajá-.
En los números cuatro y dos de aquella dada se tornaban los cinco y tres, su pequeño cuerpecito tiritó de escalofrío mientras, por la puerta un chirrido susurró, el juego de dados volteó y la dada se despidió, aquel mago había entrado a la habitación, desesperado, en su rostro una mirada endemoniada la buscaba, el dado, lo miró y el seis se convirtió en siete, y por fin el dado del destino rodo por la repisa, la dada lo siguió y ambos aparecieron, lo demás dados el de cuatro, el de doce, el de ocho y el mas melancólico de todos el de tres, los vieron y una expresión de susto se dibujo de pronto, el mago los había tomado entre sus dedos entre ellos rodaron hasta estar con los ojos cerrados y uno tocaba el uno del otro, un beso de despedida, sabían que era el final.
La ventana de aquel cuarto se abrió, las sombras de la cocina se aferraron a la luz, la luna se cubrió de una nube azulada y una pequeña lagrima recorrió el rostro del mago que ya no traía sombrero, los libros en el suelo, y las pócimas regadas en la alfombra, levantó sus manos y se dispuso a lanzarlos, los dados no despegaban sus labios y el viento lentamente los cubrió mientras en el aire a un quiensabedonde los esperaría, ya no juntos, por última vez sería tirados, los pisos pasaban y ellos miraban sus cuerpecillos girar., - sabes pequeña, lo curioso sería que caigamos en un siete- la mirada de tres de la pequeña dada, se desdibujaba lentamente convirtiéndose en 5, el amigo de toda la vida del mago, no lloro sabía que era su decisión, tal vez fue mala o tal vez no, pero cuando los hombres tiran dados para decidir su suerte, a veces falla y los corazones se lastiman.
No podría contar que fue de lo dados que algún día tenían dueño, pero seguro un afortunado humano los encontró y fueron vueltos a tirar por siempre, separados, pero vivirían sus historias, y se enamorarían de nuevo, pero eso si de aquel mago no se supo nada, cuentan las historias que se convirtió en un profeta falso, otras que nunca encontró lo que anduvo buscando y se perdió en el limbo de las decisiones, yo creo que el final de aquel mago fue dejar una huella en aquella historia tan llena de destinos inciertos y corazones rotos, dejando al destino afuera de su cuarto y la luz en aquella personita especial que a su lado estuvo dándole tantas y tantas alegría.
a veces las razones son tan distintas que no sepueden decir de frente y se publican para que el destino las ponga en tus manos y yo no.